Darse cuenta implica contactar con algo que está pasando aquí y ahora. Es un proceso transformador siempre que no tratemos de juzgarlo. Ahí empieza la autobservación y termina el ruido interior.
Algunas situaciones que se dan en la vida pertenecen al mundo externo. La mayoría de las veces no podemos hacer nada por cambiar las circunstancias. Asumir lo que es tal cual genera un distanciamiento sano que hace que lo vivas sin culpa, rabia o lamento. Así te posicionas ante algo de manera neutral y sin juicio.
Integrar este hecho en tu día cotidiano y aceptar que las cosas son como son, alivia ese manto de tensión tan dañino que determina en parte cómo percibes tu mundo externo.
La técnica del espejo fortalece la autoestima y el autoconcepto de una manera sana. Yo haré de tu espejo para reflejar tus partes más luminosas , pero también tus zonas oscuras para que las aceptes de forma natural. Casi todos los pacientes consiguen buenos resultados con este trabajo y llegan a desarrollar una gran tolerancia hacia sí mismos, o al menos mayor comprensión de reacciones y comportamientos propios.
Salir de la zona de confort merece la pena cuando se trata de conocer a la persona más interesante de tu vida: tú mismo.
La autobservación se centra en ver los procesos mentales y reacciones corporales. Se obtiene información muy valiosa para entendernos a nosotros mismos. La psicoterapia que hago es una combinación de auto observación continua y de auto expresión, sin filtros ni juicios. Mi consulta es un laboratorio en el que hay total libertad para que la persona pueda manifestar aquello que siente, piensa o intuye. Mi objetivo es que la persona se dé cuenta de su proceso interno y exprese sus sentimientos bloqueados.
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