La adolescencia es un periodo donde la confusión es la nota predominante. En esta etapa, el universo infantil se rompe, las relaciones con los padres cambian y se dan unos cambios fisiológicos y neurológicos que pueden vivirse de manera traumática por parte de los adolescentes.
Como psicoterapéuta, facilito el ambiente adecuado para conseguir una comunicación fluída entre el adolescente y yo. Así puede llevarse a cabo el proceso de individualización o, lo que es lo mismo, la creación de una identidad propia. En este tipo de terapias, brindo apoyo y orientación tanto a los adolescentes como a sus padres, para integrar y superar las dificultades propias de esa edad.