En esta edad se produce un cambio en la conducta casi siempre. Puede ser solo algo de rebeldía o que el adolescente adopte posturas más hostiles o impulsivas. En ocasiones, aparecen actitudes más negativas, depresivas o intrínsecas que dificultan la comunicación.
Cuando los adolescentes pasan de ser ejemplares a rebelarse por todo
Puede ser que los adolescentes cambien de actitud y un día les dé por rebelarse por todo, protestar, estar demasiado irascibles o dejar de comunicarse.
Los padres no entienden nada… Si era un niño súper cariñoso, estudioso y responsable… ¿qué le ha podido pasar?
Aquí la clave es la comprensión y la paciencia. Dejar más espacio al adolescente y trabajar en nuevas vías de comunicación entre padres e hijos. Ahora los padres deben estar atentos a las amistades, posibles casos de bullying en el instituto o a cualquier circunstancia traumática que haya podido ocurrir en su entorno.
De niño nunca fue fácil de llevar, pero ahora se ha vuelto agresivo e impulsivo.
Hay personas que al llegar a la adolescencia acentúan su mal comportamiento. Son esos niños que nunca fueron fáciles, o tenían mucho genio y que poco a poco nos han ido comiendo terreno. Muchos padres en consulta reconocen que, por no discutir más, dejaban al niño que se saliera con la suya.
En este caso, es clave la figura de autoridad a la cual desafían constantemente a modo de desobediencia, de no respetar las normas, provocación e incluso agresividad en el marco del entorno familiar. Dicha figura de autoridad debe rearmarse y marcar unos límites claros con ayuda de un profesional. Aún se está a tiempo para revertir la situación. La terapia con adolescentes es muy recomendable por el bien de toda la familia.
Este niño está raro… ha dejado de hablar, se ha metido en su propio mundo.
Es muy normal que una persona que entra en la adolescencia se meta un poco más en su propio universo. Es un cambio importante en su vida e incluso prefieran contar sus preocupaciones a cualquier amigo o conocido que a sus propios padres.
Cuando el adolescente le da por meterse en su propio mundo, o tiene un excesivo aislamiento y soledad, puede adoptar conductas más intrínsecas, como timidez, apatía, depresión o tristeza. Estas actitudes también son señales que alertan de un trastorno de la conducta, ya que esto puede minar su autoestima y a ver un peligro de consumo de tóxicos o conductas poco sanas.
En este caso es fundamental trabajar la comunicación y si el adolescente se niega a comunicarse, quizá sea más fácil que en consulta se pueda explayar para ver qué le pasa por la cabeza, qué le preocupa o qué inquietudes tiene.
¿Por qué los adolescentes tienen este tipo de comportamientos?
Esa es la pregunta del millón. A todos los padres nos gustaría tener un libro de instrucciones o una guía para saber cómo tratar a nuestro hijo según la edad.
Hay muchas explicaciones posibles sobre por qué los adolescentes tienen tantos cambios a partir de los 16 años. Aunque como profesional ya me estoy encontrando en mi consulta con casos de adolescentes atormentados a los 12 años.
Algunos apuntan a que se está adelantando todo en función de los cambios en el sistema de educación, pues hoy en día los niños pasan a la educación secundaria a esa edad, lo que supone una ruptura precoz de su mundo infantil cuando estaban en primaria, mucho más arropados por sus profesores del colegio y por su entorno.
Otros profesionales que hemos tratado con adolescentes, pensamos que las hormonas también juegan un papel clave en los adolescentes. Los niños llegan a un punto que necesitan como el comer, reafirmarse y expresar su propia personalidad. Además de rebelarse contra todo, sacar toda esa contradicción y que alguien los escuche, aunque estén equivocados en muchas cosas.
Seguro que como padre te suena eso de ‘cuando tú vas, yo ya he vuelto dos veces por lo menos’ pues bien… ahora es ese camino el que deben recorrer ellos como aprendizaje o una lección más con un cierto acompañamiento, ya sea como padres o de la mano del terapeuta.
¿Qué hago si no soporto a mis hijos adolescentes?
Es normal que, en algún momento de la vida familiar, nuestros propios hijos adolescentes nos parezcan insufribles y sintamos que no aguantamos la situación que se genera en casa.
Lo importante es el grado de conciencia sobre este tipo de sentimientos encontrados. Estar presente en ese momento y ser consciente de que ese sentimiento es en parte lógico por la contestación improcedente que ha dado el adolescente o por su actitud desafiante.
Quizá ayude relativizar el asunto recordando que todos hemos pasado por esa difícil etapa. Nosotros de jóvenes, también hemos adoptado actitudes rebeldes y negativas durante la adolescencia y ahora como adultos, lo vemos horrorizados con nuestros hijos.
Siempre puedes acudir a un profesional para buscar ayuda o asesoramiento. Cuenta conmigo como psicoterapeuta experto en adolescentes. Yo te puedo ayudar.