¿Qué se entiende por familia de origen?
La familia de origen es el grupo familiar en el que una persona nace y crece. Está compuesta por los padres o figuras parentales (biológicos, adoptivos o tutores) y sus hijos, en caso de tener descendencia. En algunos casos, también puede incluir a otros miembros del hogar, como abuelos, hermanos, tíos o primos.
La familia de origen juega un papel fundamental en el desarrollo de la identidad, la personalidad y los valores de una persona. Las experiencias y relaciones que se viven en la familia de origen pueden tener un impacto duradero en la vida de una persona, tanto en aspectos positivos como negativos.
¿Qué aspectos de cada familia de origen se lleva cada uno a la relación de pareja?
Hay aspectos importantes que cada integrante de la pareja hereda de la familia de origen. Estos aspectos se mantienen cuando las personas crean su propia familia, la de destino, y afectan a la manera de ser en pareja.
Algunos de estos aspectos son los patrones de interacción y comunicación. Es decir, la forma en que los miembros de la familia de origen se comunican e interactúan entre sí puede influir en cómo una persona se relaciona con los demás en el futuro. Las expectativas y valores que se transmiten en la familia de origen pueden moldear la visión que una persona tiene del mundo y de sí misma. Las experiencias emocionales que se viven en la familia de origen, como el amor, el apoyo, el trauma o el abandono, pueden tener un impacto significativo en el bienestar emocional de una persona.
¿Qué se entiende por familia de destino?
Se entiende por familia de destino o también llamada familia nuclear, aquella que decidimos crear con otra persona -la pareja-. Es aquí, en la familia nuclear donde hay que acoplar los patrones de interacción de dos familias distintas: la familia de origen del hombre y la familia de origen de la mujer.
Hay aprendizajes de la familia de origen que aceptamos sin cuestionar. Desde niños. Siempre lo hemos visto y lo hemos normalizado. Las personas no se dan cuenta de sus patrones hasta que conviven con otra persona ajena que hace las cosas de diferente manera. Esto puede ser el origen de muchos conflictos de pareja y más cuando sendas familias intervienen y se meten en los asuntos de la pareja. Puede producirse un choque: yo y mi familia frente a tú y tu familia.
La clave para evitar que la pareja sufra con las familias de origen es el respeto, la comprensión y la comunicación abierta.
En consulta he tratado muchos casos de parejas que no aceptan a la familia del otro bajo el razonamiento: yo me he casado contigo, y no con tu familia. En realidad, cuando eliges a una pareja, en cierto modo, aceptas su entorno y ello incluye su familia. Cierto es que hay familias muy absorbentes que dificultan mucho que la pareja tenga un espacio propio e independiente sin necesidad de caer en el aislamiento.
En definitiva, hay que encontrar el equilibrio y construir una nueva forma común de hacer las cosas juntos. Para ello la comunicación es esencial.
¿Cómo superar juntos a la familia de origen y crecer como pareja?
Evitar que la pareja sufra con las familias de origen es un proceso que requiere esfuerzo, comunicación y comprensión por parte de ambos miembros de la pareja. Aunque, no existe una fórmula mágica, existen algunas estrategias que pueden ayudarte a minimizar las tensiones y construir una relación de pareja sólida.
Lo primero y fundamental es tener una comunicación abierta y honesta. Es muy importante que la pareja mantenga una comunicación abierta y honesta sobre sus sentimientos, necesidades y expectativas en relación con sus familias de origen. Es igualmente sano, que la pareja hable sobre cómo se sienten cuando interactúan con sus familias y qué tipo de comportamientos les resultan incómodos o molestos.
En segundo lugar, establecer límites de forma asertiva y respetuosa con sus familias de origen, especialmente en lo que respecta a la interferencia en su relación. Deben acordar qué tipo de información personal o detalles íntimos de su relación no quieren compartir con sus familias.
Y, en tercer lugar, el apoyo mutuo en el momento en que uno de los miembros de la pareja se siente incómodo o atacado. Ahí es cuando el otro debe estar dispuesto a defenderlo y apoyarlo.
En resumen, recomiendo priorizar la relación de pareja para que las tensiones con sus familias de origen no afecten la relación. Si hay bloqueo o dificultades persistentes, es muy bueno buscar ayuda profesional como un terapeuta especializado en parejas. Un terapeuta puede ayudaros a desarrollar estrategias de comunicación y resolución de conflictos para manejar las situaciones de manera efectiva. También pueden considerar la terapia familiar si están dispuestos a trabajar en conjunto para mejorar la comunicación y las relaciones. Recuerda que la clave para evitar que la pareja sufra con las familias de origen es el respeto, la comprensión y la comunicación abierta. Trabajen juntos para establecer límites claros, apoyarse mutuamente y priorizar su relación de pareja.